¿Cómo ha cambiado el taekwondo durante la pandemia?

Comencé a practicar taekwondo en el año 2000, recuerdo mi primera clase; una escuela muy parecida a la que podías ver en las películas de artes marciales de la época, piso de duela, plantas, equipo deportivo y vestidores con fotografías de Bruce Lee en el interior, tenía 7 años y estaba muy nervioso pero emocionado por conocer ese nuevo mundo. Al comenzar la clase mi profesor nos explicó sobre el arte marcial, de donde provenía y cual era el camino para llegar a cinta negra, comencé a relacionarme con mis compañeros y termine la clase no estando seguro si quería ser cinta negra, pero si seguro de que me había gustado mucho y quería regresar a la siguiente clase.

 

Con el paso de los meses y el avance en mi grado de cinta me tocó la experiencia de asistir a mi primer torneo abierto. Recuerdo estar sentado en gráficas observando como 4 personas al rededor de un cuadrado hecho de lona apuntaban algo en un papel, mientras alguien vestido de la misma manera que ellos mediaba la pelea entre los dos competidores, al terminar la competencia la persona de corbata y tennis del centro recolectaría los papeles de las personas de las esquinas y los llevaría a una mesa donde no estaba muy seguro de lo que se hacía pero entendía que se tomaba una decisión de quién era el competidor ganador. Después, entendí que lo que sucedía con las personas de las esquinas es que contabilizaban lo que consideraban desde su perspectiva un punto o dos, al terminar la competencia las personas de la mesa contaban los puntos de las personas de las esquinas, determinaban los puntos finales de la competencia y se lo comunicaban a la persona dentro del area de competencia para que ella pudiera anunciar al ganador.

 

Los años siguieron pasando y surgió un interés por vivir la experiencia de ser juez, después de algunos seminarios y capacitaciones pude estar en un torneo como juez de mesa. La experiencia fue muy distinta a lo que ya había vivido 5 años atrás en mi primer torneo, la tendencia del “piso Coreano” ya estaba en México y tuve en mis manos los primeros marcadores electrónicos; cajas grises más grandes que un control de videojuego con 4 botones, 2 rojos y 2 azules, la conexión inalámbrica era un sueño en esa época, así que las cajas se conectaban a través de un cable por debajo del tatami hasta llegar a una computadora en la mesa de centro. Cada juez de esquina tenía una caja y durante la competencia presionaban un botón según consideraban fuera o no fuera punto, la computadora procesaba la información en tiempo real de los jueces y mostraba el marcador en una pantalla. En tan solo 5 años habíamos pasado de una completa incertidumbre durante la competencia de saber quien va ganando e invertir mucho tiempo durante la logística de un torneo en una pelea, a mostrar en tiempo real el marcador y hacer los torneos más ágiles y rápidos. Esa noche llegué a casa sorprendido de ese salto.

 

Otros 5 años más de aquel torneo y descubrí los primeros petos electrónicos marca LaJust, a partir de la introducción de este concepto el taekwondo cambió, evolucionó y creció de manera sorprendente en el mundo. Hoy tenemos petos electrónicos, caretas electrónicas, empeineras con tecnología, sistemas de radio para comunicación entre jueces durante competencia, video replay y herramientas tecnológicas que se pueden usar durante los entrenamientos y competencias.

 

Con esta historia quiero compartirte algo que he podido reflexionar en mis años como practicante de taekwondo y emprendedor de una statup tecnológica que ayuda a los entrenadores y competidores a mejorar a través de la tecnología; El ser humano por naturaleza siempre ha tenido la capacidad de adaptarse a nuevos entornos. Con el boom tecnológico nuestro deporte no se quedó atrás, y el desarrollo tecnológico llevó a cambiar la manera en la que competíamos, esto llevo a cambiar nuestra manera de entrenar, aprender nuevas técnicas y capacitarnos en el uso de la nueva tecnología. Fue nuestra capacidad de adaptación al cambio lo que nos llevo a entender cómo usar esa tecnología y aprovecharla a nuestro favor.

 

Durante la pandemia sucedió algo muy similar, nos adaptamos y aprendimos a utilizar la tecnología, muchos profesores comenzaron a ofrecer sus clases de manera virtual, otros más se capacitaron para manejar de una manera profesional sus redes sociales y atraer nuevos clientes, incluso los eventos como torneos, seminarios y conferencias se adaptaron a formatos virtuales y digitales. Para nosotros como startup ha sido muy gratificante ver cómo nuestros usuarios han sacado el mayor potencial de TK Punching y han creado torneos virtuales que les han permitido monetizar y crear nuevas maneras de competir.  Algunos de nuestros usuarios, desde Chihuahua hasta Quintana Roo se han organizado y han creado eventos en sus escuelas, algunos crearon competencias remotas, es decir, se organizaron con otra escuela que también tuviera un TK Punching y se conectaron a través de ZOOM para competir, otras simplemente crearon eventos internos y compitieron entre sus atletas para saber quien era más fuerte o veloz. Ser parte del cambio en nuestro deporte es un sueño que teníamos al comenzar este proyecto y queremos descubrir junto con entrenadores y atletas nuevas maneras de competir, entrenar y jugar.

 

Debemos mirar las oportunidades que tiene el taekwondo en esta era digital y tecnológica, pensar cómo serán las escuelas, clases y eventos en los siguientes meses y comenzar a construirlo juntos, hoy podemos tomar una clase virtual con un competidor de clase mundial sin importar en donde estés, compartir un tip o consejo que a ti te ha funcionado en tu escuela, organizar un evento sin tener asistencia presencial y competir contra otra escuela de cualquier parte del mundo. Cuando estemos todas vacunadas y podamos salir sin temor, estaremos tan acostumbradas a lo digital que los conceptos que conocemos como torneos, clases y competencias serán la caja gris con 4 botones en aquel torneo del 2006.